11 de junio de 2011

Y te dije: "Por tu sangre vivirás (bis)"

Unicidad, Unicidad…

Está escrito:

Dice el Profeta: “Mas Yo pasé cerca de Ti, y te vi revolcada en tu sangre. Y te dije: Por tu sangre vivirás, y te dije: por tu sangre vivirás” (Ezequiel  16, 6 y 7)

Vemos que se repite dos veces “Por tu sangre vivirás” la pregunta es  ¿Será que se equivocó el profeta y escribió dos veces lo mismo? Seguro que no, pues estas palabras tienen un profundo significado Místico.

El profeta Ezequiel se refiere a dos “Sangres”: La “sangre” de la circuncisión que el pueblo se realizó antes de la salida de Egipto y la “sangre” de la ofrenda pascual.


Hablemos del pacto.... (basado en un articulo de R. Arie Snertz, y tomado de judaismohoy.com, encontrarás un enlace a esta buena página, en el listón izquierdo de este blog)

 La Circuncisión, llamada en hebreo “Brit Milah”, siendo que la palabra "brit" en hebreo quiere decir "pacto", y realmente la mitzvá del brit milá, representa más que un pacto de sangre o un pacto indisoluble, es el pacto eterno entre Di-s e Israel.

Un pacto siempre tiene por función unificar dos lados, que hasta ese momento estaban alejados, a través de un elemento simbólico que haga de intermediario o de conexión. En este caso, tenemos varias dimensiones. Por un lado este pacto tiene como función unir a Di-s con el pueblo judío, y por otro lado busca unir lo espiritual con lo material dentro de la persona misma.

Enseña la Kabalah que el hombre está compuesto de dos partes básicas que deben juntarse y funcionar en armonía, su cuerpo material y su alma.

El cuerpo humano que según Nuestros Sabios está compuesto de 248 evarim (miembros) y 365 guidim (tendones), formando un total de 613 partes.

Igualmente su parte espiritual, es decir su alma, también está dividida de manera equivalente al cuerpo físico, es decir que consiste de 248 partes que elevan y dan energía espiritual a los 248 miembros físicos, y 365 partes que dan fuerza al mismo número de tendones que tiene el cuerpo físico.

El alma - con sus 613 partes - necesita disponer de cierto poder espiritual para transmitir su energía al cuerpo. Ella recibe este poder del cumplimiento de las mitzvot que D'os nos ha ordenado. Las 248 obligaciones (preceptos que hay que cumplir o hacer) le otorgan la fuerza necesaria a las 248 partes del alma que activan a su vez a los 248 miembros del cuerpo físico, y las 365 prohibiciones que debemos observar, le dan la fuerza espiritual a los 365 miembros espirituales que nutren el mismo número de tendones en el cuerpo físico.

Para juntar estas dos partes, es decir lo espiritual y lo material, tenemos la necesidad de disponer de algún elemento que sirva como puente: un pacto. El berit milá, por ser hecho sobre el cuerpo mismo, es la única mitzvá que consiste en marcar de alguna manera al cuerpo material a través de una acción que tiene una fuerza espiritual, y este pacto sirve como nexo entre lo material y lo espiritual, y Di-s.

Como es sabido, en hebreo las letras tienen distintos valores numéricos. La palabra brit equivale a 612 (bet=2, resh=200, yod=10 y tav=400). Por cuanto que el berit representa la unión del ser humano (cuerpo y alma) con Di-s, como explicamos, si tomamos el valor numérico del otro integrante del pacto (Di-s, que es uno y único), llegaremos al número total de las partes del cuerpo humano:

612 (berit) + 1 (Di-s) = 613 (ser humano)

Anteriormente mencionamos que este pacto tiene varias dimensiones, vemos que en el "pacto" que llamamos matrimonio, el hombre y la mujer - dos mundos totalmente distintos - se juntan llegando a la máxima unidad física y sentimental. La Torá llama a esta unión "basar ejad - una sola carne". Así como el pacto del berit milá une cuerpo y alma, también el pacto matrimonial une dos partes: el hombre - que representa la fuerza material, con la mujer - que representa la fuerza espiritual.

Dice la Torá: "Este es el libro de las generaciones de Adam, en el día que Di-s creó a Adam, a semejanza de Di-s lo creó: masculino y femenino los creó y los bendijo a ellos y llamó sus nombres: Adam, en el día que los creó" (Génesis 5:1-2). Vemos acá que Di-s los llamó Adam, pero ¿qué es Adam? ¿Es un hombre, una mujer, tal vez los dos juntos?

Nos enseña el Talmud: "Tres socios hay en la creación del hombre: Di-s, su padre y su madre" (Nidá 31a).

Prestemos atención nuevamente a los valores numéricos:

Adam = Alef+dam = 1+dam

¿Qué significa la palabra "dam"? En hebreo, la palabra dam significa "sangre", y de alguna manera, esta insinuación nos recuerda el pacto de sangre del cual hablamos anteriormente.

Por otro lado, en hebreo, padre se dice: av y madre se dice: em. El valor numérico de av es 3 (alef=1 y bet=2), mientras que el de em equivale a 41 (alef=1 y mem=40) y el valor numérico de Adam es 45 (alef=1, dalet=4 y mem=40). Si tomamos los valores de av y em, ellos suman 44, faltando un 1 solamente para llegar al valor de Adam. Esta cuenta nos recuerda las palabras del Talmud mencionadas anteriormente: "Tres socios hay en la creación del hombre: Di-s, su padre y su madre", o expresado en términos numéricos:

1 (Di-s) + 3 (av) + 41 (em) = 45 (Adam)

Otra vez aparece un pacto (el matrimonio) que une a lo material (el hombre) con lo espiritual (la mujer), y este pacto unificado con Di-s, da como resultado una unidad total: un nuevo ser humano.

El brit milá , el pacto que junta siempre a los lados en las tres dimensiones: Alma- cuerpo, Di-s-Israel, y finalmente hombre-mujer,es el pacto de sangre indisoluble que seguirá siendo la señal exclusiva de nuestro pueble como siempre y para siempre. 

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